domingo, 14 de junio de 2009
Pero y te vas
Pero y te vas
Y al instante siento que las ninfeas de mi alma se marchitan
los juncos y los nenúfares de mi alma se ahogan
de tanta humedad que mis lágrimas les proporcionan.
El rictus de mi rostro se profundiza
como si algo muy dentro de mí
muriera con tu partida.
Y si es la ausencia, la terrible ausencia
de tu etérea alma, de tus ligeros coqueteos
de tu inefable sonrisa
de tu encantadora presencia
de tu alma redentora
Que conmovió mi alma
hasta trastocarla por completo con un profano designio
como un mandato divino
como un guía espiritual
Pero y te vas
y me dices que nada es para siempre
ni siquiera el más grande sentimiento
es capaz de contener las ansias de remontar nuevas rutas
de tu alma errante
tus ansias de libertad
tus ganas de penetrar otros bosques
de vencer otras almas
Mientras yo marchito lentamente…
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